1 Y ellos, los dioses, sentados junto a Zeus hablaban en asamblea
2 en el dorado pavimento, y entre ellos la venerable Hebe
3 escanciaba néctar; y ellos con las copas doradas
4 brindaban unos con otros, hacia la ciudad de los troyanos mirando.
5 Enseguida, el Cronida trató de provocar a Hera
6 con palabras mordaces, hablando maliciosamente:
7 “A dos de las diosas tiene Menelao como defensoras,
8 a Hera argiva y a la alalcomeneida Atenea,
9 pero he aquí que ellas, sentadas lejos, mirándolo
10 gozan; a aquel, en cambio, la risueña Afrodita
11 siempre lo asiste y a él lo defiende de la muerte:
12 incluso ahora lo rescató cuando pensaba que moriría.
13 Pero, bueno, la victoria es de Menelao, caro a Ares;
14 y en cuanto a nosotros, deliberemos sobre cómo serán estas acciones,
15 si de nuevo la mala guerra y la horrible lucha
16 impulsaremos, o arrojaremos entre ambos bandos la amistad.
17 Y si acaso a todos les resultara esto querido y dulce,
18 bueno, que siga habitada la ciudad del soberano Príamo,
19 y de vuelta conduzca a la argiva Helena Menelao.”
20 Así habló, y ellas murmuraron, Atenea y Hera -
21 se sentaban ellas lado a lado, y meditaban males para los troyanos -.
22 Atenea, por cierto, estuvo en silencio y no dijo nada,
23 enojada con su padre Zeus, y la tomaba una ira salvaje;
24 mas a Hera no le contuvo la ira el pecho, sino que dijo:
25 “Cronida, infeliz, ¿qué es esta palabra que dijiste?
26 ¿Cómo querés hacer infructuoso mi esfuerzo e incompleto,
27 y el sudor que sudé con fatiga, y se me cansaron los caballos
28 reuniendo al pueblo, males para Príamo y sus hijos?
29 Hacelo, mas no te lo aprobamos todos los demás dioses.”
30 Y le dijo, muy amargado, Zeus, que amontona las nubes:
31 Condenada, ¿qué cosa a vos Príamo y de Príamo los hijos
32 te hicieron, cuáles males, que te esforzás empecinadamente
33 en saquear la bien edificada ciudad de Ilión?
34 ¿Si yendo vos hacia las puertas y las grandes murallas
35 consumieras crudos a Príamo y de Príamo a los hijos
36 y a los demás troyanos, entonces calmarías tu ira?
37 Hacé como quieras; no sea que esta riña en adelante
38 resulte para vos y para mí en una gran disputa entre ambos.
39 Y otra cosa te voy a decir y vos arrojala en tus entrañas:
40 cuando también yo, ansiando saquear una ciudad,
41 quiera esa donde vivan varones queridos por vos,
42 de ningún modo obstruyas mi ira, sino déjame;
43 pues yo te lo di a vos voluntariamente, contra la voluntad de mi ánimo,
44 pues las que bajo el sol y el estrellado firmamento
45 están habitadas, las ciudades de los hombres terrenos,
46 entre ellas era la más honrada en el corazón por mí la sagrada Ilión
47 y Príamo y el pueblo de Príamo, de buena lanza de fresno,
48 pues nunca a mi altar le faltó igual parte del banquete,
49 ni libación ni el aroma de grasa; pues ese es el botín que nos corresponde.”
50 Y luego le respondió Hera venerable, la de ojos de buey:
51 Tres ciudades son, en verdad, por mucho las más queridas para mí,
52 Argos, Esparta y Micenas de anchas calles;
53 a esas arrasalas cuando te sean más detestables en el corazón;
54 delante de ellas yo no me paro ni te estorbo,
55 pues aunque me disguste y no te deje arrasarlas,
56 nada lograré disgustándome, ya que sin duda sos muy superior.
57 Pero es necesario también no hacer mi esfuerzo incompleto,
58 pues también yo soy un dios, y mi raza es de allí, de donde la tuya,
59 y me engendró la mayor Crono de retorcido ingenio,
60 por ambas cosas, por linaje y porque tu esposa
61 soy llamada, y vos gobernás entre todos los inmortales.
62 Pero, bueno, sometámonos en estas cosas uno al otro,
63 a ti yo y vos a mí, y nos seguirán los demás dioses
64 inmortales; mas vos cuanto antes comandá a Atenea
65 que vaya hacia la horrible lucha de los troyanos y los aqueos,
66 para que intente que los troyanos a los ensoberbecidos aqueos
67 empiecen primero a dañar contra los juramentos.”
68 Así habló, y no desobedeció el padre de varones y dioses;
69 y enseguida le dijo a Atenea estas aladas palabras:
70 “Ve de inmediato hacia el ejército, entre los troyanos y los aqueos,
71 e intenta que los troyanos a los ensoberbecidos aqueos
72 empiecen primero a dañar contra los juramentos.”
73 Habiendo hablado así alentó a la ya desde antes ansiosa Atenea,
74 que bajó desde las cumbres del Olimpo de un salto.
75 Como envía una estrella el hijo de Crono de retorcido ingenio,
76 o para marineros o para un vasto ejército de tropas portento
77 brillante, y muchas chispas saltan de ella,
78 semejante a esta saltó hacia la tierra Palas Atenea,
79 y bajó en el medio; y el asombro tomaba a los que lo veían,
80 a los troyanos domadores de caballos y a los aqueos de buenas grebas;
81 y así alguno decía, mirando a otro a su lado:
82 “¡Sin duda una mala guerra y una horrible lucha de vuelta
83 habrá, o amistad entre los dos bandos pondrá
84 Zeus, que es el dispensador de la guerra entre los hombres!”
85 Así, claro, decía alguno de los aqueos y de los troyanos.
86 Y ella se sumergió en la turba con la apariencia de un varón troyano,
87 de Laódoco Antenórida, poderoso lancero,
88 buscando a Pándaro igual a los dioses, por si acaso lo encontraba.
89 Encontró al insuperable y fuerte hijo de Licaón
90 parado, y estaban en torno a él las fuertes filas de escudadas
91 tropas, las que lo siguieron desde las corrientes del Esepo;
92 y parándose cerca le dijo estas aladas palabras:
93 “¿Acaso, como creo, me harías caso, aguerrido hijo de Licaón?
94 ¿Te atreverías a arrojar a Menelao un rápido dardo?
95 Conseguirías para todos los troyanos alegría y gloria,
96 y entre todos en especial para el rey Alejandro.
97 ¡De este obtendrías brillantes regalos el primero de todos,
98 si viera al belicoso Menelao, hijo de Atreo,
99 por tu saeta doblegado, marchando a la dolorosa pira!
100 Pero, ¡vamos!, dispara al excelso Menelao,
101 haz voto a Apolo nacido de loba, famoso arquero,
102 de hacer una renombrada hecatombe de los corderos nacidos primero
103 cuando regreses a casa, hacia la sagrada ciudad de Zelea.”
104 Así habló Atenea, y las entrañas le persuadió al insensato.
105 Enseguida extrajo el arco pulido de cabra adulta
106 salvaje, esa a la que alguna vez él mismo, acertándole en el torso
107 cuando saltaba de una piedra, esperándola al acecho,
108 había herido en el pecho; y ella de espaldas cayó en una piedra.
109 Sus cuernos eran de dieciséis palmos desde la cabeza,
110 y un artesano pulidor de cuernos trabajándolos los ajustó,
111 y allanando bien todo le puso en las puntas un dorado gancho;
112 y lo puso bien sobre la tierra tensándolo,
113 combándolo, y delante sus escudos tenían los nobles compañeros,
114 para que no se levantaran los belicosos hijos de los aqueos
115 antes de que él hiriera al belicoso Menelao, hijo de Atreo.
116 Mientras, él extrajo la tapa del carcaj, y sacó un dardo
117 nunca lanzado, alado, soporte de negros dolores;
118 y pronto disponía sobre la cuerda la amarga flecha,
119 y hacía voto a Apolo nacido de loba, famoso arquero,
120 de hacer una renombrada hecatombe de los corderos nacidos primero
121 cuando regresara a casa, hacia la sagrada ciudad de Zelea.
122 Tiró tomando a la vez de las muescas y de la bovina cuerda;
123 llevó la cuerda a su tetilla, y al arco el hierro.
124 Pero después de que tensó el gran arco hasta un círculo,
125 crujió el arma, gritó fuerte la cuerda y saltó la flecha
126 puntiaguda, ansiando volar entre la turba.
127 Y de ti, Menelao, no se olvidaron los dioses bienaventurados,
128 los inmortales, y primera la hija de Zeus conductora del pueblo,
129 que delante tuyo parándose apartó la aguda saeta.
130 Ella la alejó de tu piel un poco, como cuando una madre
131 aleja de su hijo una mosca, cuando se acuesta con dulce sueño,
132 y ella misma a su vez la enderezó hacia donde los broches del cinturón,
133 dorados, se juntaban, y le salió al encuentro una coraza doble;
134 y cayó en el ajustado cinturón la amarga flecha.
135 Pasó, claro, a través del labrado cinturón,
136 y presionó a través de la muy labrada coraza
137 y del cinto, que llevaba como defensa de la piel, cerco de las jabalinas,
138 lo que más lo preservó; y fue también a través de este.
139 El extremo de la flecha, claro, raspó la piel del hombre;
140 y enseguida corrió una negra nube de sangre desde la herida.
141 Como cuando una mujer tiñe el marfil con púrpura
142 meonia o caria, para que sea ornamento para el hocico de los caballos;
143 y yace en el tálamo, y lo reclaman muchos
144 conductores de carros para llevarlo, mas yace como ofrenda para un rey,
145 doble: adorno para el caballo y para el conductor gloria;
146 de tal modo a ti, Menelao, se te teñían de sangre los muslos
147 bien formados y las canillas, y los bellos tobillos debajo.
148 Se turbó luego, claro, el soberano de varones Agamenón,
149 cuando vio la negra sangre fluyendo desde la herida;
150 y se turbó también el mismo Menelao, caro a Ares;
151 mas cuando vio que el cordel y las barbas estaban fuera,
152 se le reunió de vuelta el ánimo en el pecho.
153 Y entre ellos gimiendo profundamente dijo el poderoso Agamenón,
154 tomando de la mano a Menelao, y gemían con él los compañeros:
155 “Querido hermano, ¡degollé juramentos para tu muerte
156 al ponerte solo frente a los aqueos a combatir con los troyanos!
157 Así te hirieron los troyanos, y pisotearon las ofrendas juramentales.
158 ¡NO, no es infructuoso el juramento y la sangre de los corderos,
159 las libaciones sin mezclar y las diestras en las que habíamos confiado!
160 Pues es así: incluso aunque el Olímpico enseguida no lo cumpla,
161 lo cumple, aunque más tarde, y con gran precio pagan,
162 con sus propias cabezas, sus mujeres y sus hijos;
163 pues yo sé esto bien en mis entrañas y en mi ánimo:
164 habrá un día, alguna vez, en el que perecerá la sagrada Ilión
165 y Príamo y el pueblo de Príamo, de buena lanza de fresno,
166 y sobre ellos Zeus Cronida de alto trono habitante del cielo,
167 él mismo agitará la tenebrosa égida, sobre todos,
168 resentido por este engaño. Estas cosas no quedarán incompletas;
169 pero tendré un horrible sufrimiento por ti, ¡oh, Menelao!,
170 si mueres y completas tu parte de vida.
171 Y como el más reprochable volvería a la muy sedienta Argos,
172 pues enseguida se acordarán los aqueos de la tierra patria;
173 y dejarían como trofeo para Príamo y los troyanos
174 a la argiva Helena; y tus huesos pudrirá el campo,
175 yaciendo en Troya con el trabajo incompleto.
176 Y alguno de los muy altivos troyanos dirá así,
177 saltando sobre el túmulo del excelso Menelao:
178 ‘Ojalá de este modo cumpla con su ira en todas las cosas Agamenón,
179 como también ahora condujo aquí un infructuoso ejército de los aqueos,
180 y encima marchó hacia la querida tierra patria
181 con las naves vacías, abandonando al noble Menelao.’
182 Así alguna vez dirá alguno, y entonces que me trague la vasta tierra.”
183 Y le dijo, dándole ánimo, el rubio Menelao:
184 “Anímate, y de ningún modo acobardes al pueblo de los aqueos;
185 no se clavó en un punto vital el agudo dardo, sino que antes
186 me preservó el muy centelleante cinturón, y debajo
187 el faldón y el cinto, que hicieron con cansancio varones broncistas.”
188 Y respondiendo le dijo el poderoso Agamenón:
189 “¡Ojalá sea así, oh, querido Menelao!
190 Mas que un médico palpe la herida y aplique
191 pócimas, que hagan cesar los negros dolores.”
192 Dijo, y se dirigió al divino heraldo Taltibio:
193 “Taltibio, cuanto antes llama aquí a Macaón,
194 el hombre hijo de Asclepio, médico insuperable,
195 para que vea al belicoso Menelao, jefe de los aqueos,
196 al que disparando hirió alguno, versado en el arco,
197 de entre los troyanos o los licios, fama para él, pesar para nosotros.”
198 Así habló, y, claro, no desobedeció el heraldo al escucharlo,
199 y se echó a andar por el pueblo de los aqueos vestidos de bronce,
200 escrutando por el héroe Macaón; y lo vio
201 parado, y estaban en torno a él las fuertes filas de escudadas
202 tropas, las que lo siguieron desde Trica criadora de caballos;
203 y parándose cerca le dijo estas aladas palabras:
204 “Arriba, Asclepíada, te llama el poderoso Agamenón,
205 para que veas al belicoso Menelao, hijo de Atreo,
206 al que disparando hirió alguno, versado en el arco,
207 de entre los troyanos o los licios, fama para él, pesar para nosotros.”
208 Así habló, y a él, claro, se le conmocionó el ánimo en el pecho;
209 y se echó a andar entre la turba, por el vasto ejército de los aqueos.
210 Pero en el momento en que llegaron donde el rubio Menelao
211 estaba herido, y en torno a él se reunieron cuantos eran los mejores
212 en círculo, él en el medio se paró a su lado, el hombre igual a un dios,
213 y enseguida sacó del ajustado cinturón la flecha;
214 y al extraerla de vuelta se rompieron las agudas barbas;
215 y le soltó el muy centelleante cinturón, y debajo
216 el faldón y el cinto, que hicieron con cansancio varones broncistas.
217 Pero una vez que vio la lesión, donde cayó la amarga flecha,
218 tras succionar la sangre, sobre ella, conocedor de benévolas pócimas,
219 las aplicó, las que alguna vez a su padre le dio Quirón por amistad.
220 Mientras ellos atendían a Menelao de buen grito de guerra,
221 avanzaron las columnas de los troyanos portadores de escudos;
222 y ellos de nuevo se pusieron las armas, y recordaron su bélica lujuria.
223 Entonces no verías al divino Agamenón adormecido,
224 ni acurrucándose, ni no queriendo combatir,
225 sino con muchísima prisa yendo al combate que glorifica varones.
226 Pues dejó los caballos y el carro adornado con bronce;
227 y a ellos los retuvo apartados, resoplantes, su servidor,
228 Eurimedonte, hijo de Ptolomeo Piraída;
229 a este le ordenó con insistencia estar cerca cada vez que a él
230 le tomara los miembros el cansancio al comandar a muchos;
231 él, por su parte, estando a pie, recorría las columnas de varones;
232 y, claro, a los que veía apurándose de los dánaos de rápidos corceles,
233 a esos los envalentonaba mucho, parándose al lado, con estas palabras:
234 Argivos, de ningún modo abandonen el impetuoso brío;
235 pues el padre Zeus no será protector de mentirosos,
236 sino que ellos primero dañaron los juramentos,
237 de ellos, en verdad, la delicada piel devorarán los buitres,
238 mientras que nosotros sus queridas esposas y sus niños pequeños
239 conduciremos en las naves, después de capturar la ciudad.”
240 Y, a su vez, a los que veía abandonando la abominable guerra,
241 a esos los regañaba mucho con iracundas palabras:
242 “¡Argivos fanfarrones, despreciables, ¿no les da vergüenza?
243 ¿Por qué están parados así, estupefactos, como cervatillos,
244 que después de que se cansan corriendo por mucha llanura
245 se paran, y, claro, ya en las entrañas no tienen brío?
246 Así ustedes están parados estupefactos y no combaten.
247 ¿Acaso esperan que los troyanos lleguen donde las naves
248 de buenas popas están varadas, sobre la orilla del mar gris,
249 para ver si les tiende a ustedes la mano el Cronión?”
250 Así aquel, comandando, recorría las columnas de varones,
251 y llegó junto a los cretenses, moviéndose por el tropel de varones,
252 y ellos alrededor del aguerrido Idomeneo se armaban:
253 Idomeneo, entre las primeras filas, igual en brío a un jabalí,
254 y Meriones, claro, alentaba por él a las últimas falanges.
255 Viéndolos se alegró el soberano de varones Agamenón,
256 y enseguida a Idomeneo le habló con dulces palabras:
257 “Idomeneo, a vos te honro por encima de los dánaos de rápidos corceles,
258 tanto en la guerra como en toda clase de acciones,
259 como en el banquete, siempre que refulgente vino señorial
260 los mejores de los argivos mezclamos en crateras,
261 pues aunque otros aqueos de largos cabellos
262 beban su parte, tu copa siempre llena
263 está, como la mía, para beber cuando el ánimo lo ordene.
264 Así que lanzate a la guerra, y sé como antes te jactabas de ser.”
265 Y le contestó a su vez Idomeneo, caudillo de los cretenses:
266 “Atrida, yo para ti un compañero muy leal
267 voy a ser, como al principio prometí y asentí.
268 Pero alienta a los demás aqueos de largos cabellos,
269 para que rápidamente combatamos, ya que deshicieron los juramentos
270 los troyanos: ellos muerte y angustias en adelante
271 tendrán, ya que primero dañaron los juramentos.”
272 Así habló, y el Atrida prosiguió con el corazón alegre;
273 y llegó junto a los Ayantes, moviéndose por el tropel de varones,
274 y ellos dos se equipaban, y los seguía una nube de infantes.
275 Como cuando desde un mirador un cabrero ve una nube
276 avanzando sobre el mar por el rugido del Céfiro,
277 y a él, que está lejos, negrísima como alquitrán
278 le parece al venir sobre el mar, y trae mucha tormenta,
279 y viéndola se turba, y empuja su rebaño dentro de una caverna;
280 de tal manera junto a los Ayantes, de lozanos hombres nutridos por Zeus
281 se movían, compactas, hacia la destructora guerra las falanges,
282 oscuras, erizadas de escudos y de picas.
283 Viéndolos de nuevo se alegró el soberano de varones Agamenón,
284 y hablándoles dijo estas aladas palabras:
285 “Ayantes, líderes de los argivos vestidos de bronce,
286 a ustedes - pues no corresponde alentarlos - nada les ordeno;
287 pues ustedes dos comandan mucho al pueblo a combatir con fuerza.
288 Ojalá, padre Zeus y también Atenea y Apolo,
289 tal ánimo hubiera en todos los pechos:
290 entonces pronto se inclinaría la ciudad del soberano Príamo
291 bajo nuestras manos, conquistada y arrasada.”
292 Habiendo hablado así, los dejó allí mismo, y marchó hacia los demás;
293 entonces aquel halló a Néstor, claro orador de los pilios,
294 disponiendo y alentando a combatir a sus compañeros,
295 alrededor del gran Pelagonte, Alástor y Cromio,
296 Hemón poderoso y Biante, pastor de tropas:
297 primeros a los conductores de carros, con los caballos y los vehículos,
298 y detrás paró a los infantes, muchos y además nobles,
299 para ser un cerco de la guerra; y a los peores los empujó al medio,
300 para que, incluso no queriéndolo alguno, guerrearan por necesidad.
301 Y comandó primero a los conductores de carros, pues a estos les ordenó
302 retener a sus caballos y no agitar a la turba,
303 “y que nadie, confiado en el arte de guiar carros y su valentía,
304 solo, delante de los demás, ansíe combatir con los troyanos,
305 ni retroceda; pues seréis más débiles.
306 Y aquel varón que desde su vehículo llegue a otro carro,
307 adelántese con la pica, ya que sin duda así es mucho mejor.
308 De ese modo también los antiguos arrasaron ciudades y murallas,
309 teniendo este pensamiento y este ánimo en el pecho.”
310 Así los alentaba el anciano, de antaño versado en la guerra.
311 Viéndolo de nuevo se alegró el soberano de varones Agamenón,
312 y hablándole dijo estas aladas palabras:
313 “Oh, anciano, ojalá como el ánimo en tu querido pecho,
314 así fueran tus rodillas, y tuvieras la fuerza firme,
315 pero te agobia la igualadora vejez. ¡Ojalá algún
316 otro de los varones la tuviera, y vos estuvieras entre los más jóvenes!”
317 Y luego le respondió Néstor, jinete gerenio:
318 “Atrida, yo mismo querría también muchísimo
319 ser así como cuando maté al divino Ereutalión,
320 pero jamás los dioses dan todas las cosas juntas a los hombres;
321 si alguna vez fui joven, ahora ya me acompaña la vejez.
322 Pero aun así entre los conductores de carros estaré y les daré órdenes,
323 con consejos y palabras; pues ese es el botín de los ancianos.
324 Lanceen las lanzas los más jóvenes: ellos que yo
325 son más lozanos y tienen confianza en su fuerza.”
326 Así habló, y el Atrida prosiguió con el corazón alegre.
327 Encontró al hijo de Peteo, Menesteo, fustigador de caballos,
328 parado, y alrededor estaban los atenienses, instigadores del clamor;
329 mientras que él estaba parado cerca, el muy astuto Odiseo,
330 y junto a él las no débiles columnas de los cefalenios alrededor
331 estaban paradas; pues aun no les escuchaba la tropa el clamor,
332 sino que recién se movían marchando a la vez las falanges
333 de los troyanos domadores de caballos y de los aqueos, y ellos, esperando,
334 estaban parados, hasta que otro muro de los aqueos avanzando
335 a los troyanos acometiera y diera comienzo a la guerra.
336 Y viéndolos los regañó el soberano de varones Agamenón,
337 y hablándoles dijo estas aladas palabras:
338 “¡Oh, hijo de Peteo, rey nutrido por Zeus,
339 y vos, sobresaliente en malas argucias, ventajero!
340 ¿Por qué acurrucándose están apartados y esperan a los demás?
341 A ustedes les corresponde, estando entre los primeros,
342 pararse y hacer frente al abrasador combate,
343 pues los primeros también me escuchan para el banquete,
344 cada vez que para los ancianos preparamos un banquete los aqueos.
345 Entonces les es querido comer la carne asada y las copas
346 de vino dulce como la miel beber mientras quieren ambos;
347 y ahora verían con gusto hasta que diez muros de los aqueos
348 delante de ustedes combatieran con el inclemente bronce.”
349 Y, por supuesto, mirándolo fiero le dijo el muy astuto Odiseo:
350 “Atrida, ¿qué palabra se te escapó del cerco de los dientes?
351 ¡¿Cómo decís que abandonamos la guerra?! Cuando los aqueos
352 contra los troyanos domadores de caballos despertemos al agudo Ares,
353 verás, si quieres y si estas cosas te importan,
354 al querido padre de Telémaco mezclado con las primeras filas
355 de los troyanos domadores de caballos; lo que decís es vano como el viento.”
356 Y sonriéndole dijo el poderoso Agamenón,
357 como supo que estaba enojado; y se retractó él de sus palabras:
358 “Laertíada del linaje de Zeus, Odiseo de muchos recursos,
359 ni te regaño de más ni te doy órdenes,
360 pues sé que tu ánimo en el querido pecho
361 sabe de intenciones amables, pues pensás lo mismo que yo.
362 Pero ve, y más tarde haremos las paces, si algo malo ahora
363 se dijo, y todas estas cosas hagan los dioses que se las lleve el viento.”
364 Habiendo hablado así, los dejó allí mismo, y marchó hacia los demás;
365 y encontró al hijo de Tideo, a Diomedes de inmenso ánimo,
366 parado en sus caballos y en su ensamblado carro;
367 y junto a él estaba parado Esténelo, hijo de Capaneo.
368 Y viéndolo lo regañó el soberano de varones Agamenón,
369 y hablándole dijo estas aladas palabras:
370 “¡Ahhh…! ¡Hijo del aguerrido Tideo domador de caballos!
371 ¿Por qué te acurrucás, por qué contemplás la franja de tierra de la guerra?
372 A Tideo no le era querido quedarse así acurrucándose,
373 sino combatir a los enemigos muy por delante de los queridos compañeros,
374 como dicen los que lo vieron esforzándose, pues yo
375 ni le salí al encuentro ni lo vi; mas dicen que sobrepasaba a los demás.
376 Pues en verdad sin guerra llegó a Micenas,
377 como huésped, con Polinices igual a los dioses, conduciendo la tropa;
378 ellos entonces estaban en campaña contra los sagrados muros de Tebas,
379 y, claro, suplicaban mucho que les diéramos renombrados aliados;
380 y querían dárselos ellos y aprobaban lo que solicitaban;
381 pero Zeus los hizo darse vuelta mostrando signos fatídicos.
382 Y ellos, después de que se fueron y avanzaron por el camino,
383 y llegaron al Asopo de altos juncos y herboso lecho,
384 allí entonces los aqueos dispusieron como mensajero a Tideo.
385 Él, por su parte, fue, y encontró a muchos cadmeos
386 banqueteando en la morada de la fuerza eteoclea.
387 Allí, ni aun siendo un huésped, Tideo, conductor de carros,
388 se atemorizó, estando solo entre muchos cadmeos,
389 sino que él los desafiaba a competir, y en todo vencía
390 fácilmente; tal auxiliar era para él Atenea.
391 Ellos, irritados, los cadmeos fustigadores de caballos,
392 mientras regresaba prepararon una densa emboscada, conduciendo
393 a cincuenta jóvenes; y dos eran los líderes,
394 Meón Hemónida, semejante a los inmortales,
395 y el hijo de Autófono, Licofontes, de furor guerrero.
396 Tideo también a estos arrojó un obsceno sino:
397 mató a todos, y solo a uno envió de vuelta a casa -
398 a aquel Meón envió, haciendo caso a los portentos de los dioses.
399 Tal era Tideo el etolio; pero el hijo
400 resultó peor que él en el combate, y mejor en la asamblea.”
401 Así habló, y nada le dijo el fuerte Diomedes,
402 respetando la crítica del rey respetable;
403 mas le respondió el hijo del excelso Capaneo:
404 “Atrida, no digas mentiras sabiendo cosas ciertas:
405 ¡nosotros nos jactamos de ser mucho mejores que nuestros padres!
406 Nosotros incluso el asiento de Tebas de siete puertas tomamos,
407 conduciendo una tropa menor bajo un muro más valiente,
408 confiando en los portentos de los dioses y en la ayuda de Zeus;
409 y aquellos perecieron por su terquedad;
410 por eso nunca nos pongas en igual honra que a nuestros padres.”
411 Y, por supuesto, mirándolo fiero le dijo el fuerte Diomedes:
412 “Quedate en silencio, che, y hacé caso a mis palabras,
413 pues yo no me indigno con Agamenón, pastor de tropas,
414 que alienta a combatir a los aqueos de buenas grebas;
415 pues a él lo seguirá la gloria si los aqueos
416 a los troyanos destrozan y toman la sagrada Ilión,
417 mas a él también gran pesar, siendo destrozados los aqueos.
418 Así que, ¡ea, vamos!, también nosotros reparemos en el impetuoso brío.”
419 Dijo, claro, y del carro con las armas saltó al suelo;
420 y tremendamente aulló el bronce sobre el pecho del soberano
421 al lanzarse, y hasta al más atrevido lo habría sobrecogido el miedo.
422 Así como cuando en la resonante playa la ola del mar
423 es lanzada sin parar por el movimiento del Céfiro -
424 primero en el ponto se encrespa, pero luego
425 rompiendo sobre la tierra brama fuerte, y alrededor de las cimas
426 jorobada se alza, y la salada espuma escupe -,
427 así entonces sin parar se movían las falanges de los dánaos,
428 sin pausa hacia la guerra; y daba órdenes a los suyos cada uno
429 de los líderes; y los demás iban callados, y no dirías
430 que tanta tropa los seguía reteniendo en los pechos su voz,
431 en silencio temerosos de sus señores; y alrededor de todos
432 las magníficas armas relumbraban, las que vistiendo se encolumnaron.
433 Los troyanos, así como las ovejas de un varón muy rico en el corral
434 se paran incontables al ser ordeñadas de la blanca leche,
435 incesantemente balando al escuchar la voz de los corderos,
436 así el griterío de los troyanos se elevaba por el vasto ejército,
437 pues no era igual el habla de todos ni uno el idioma,
438 sino que se mezclaban las lenguas, y venían de muchos lugares los varones.
439 A unos los impulsaba Ares, a los otros Atenea de ojos refulgentes,
440 y el Terror y el Espanto y la Discordia con un ansia insaciable,
441 hermana y compañera de Ares, matador de varones,
442 la que primero se encrespa pequeña, pero luego
443 su cabeza se eleva al cielo y marcha sobre la tierra;
444 ella también entonces les arrojó igualadora riña en el medio,
445 yendo hacia la turba, aumentando el lamento de los varones.
446 Ellos, en el momento en que llegaron a un mismo terreno juntándose,
447 entrechocaron los cueros, y con ellos las picas y el furor de los varones
448 de corazas de bronce; y los escudos repujados
449 se acercaron unos a otros, y se elevó un enorme estruendo,
450 y entonces a la vez sollozos y gritos de triunfo salían de varones
451 matando y muriendo, y fluía con sangre la tierra.
452 Así como cuando los ríos invernales, fluyendo desde los montes
453 hacia una confluencia, entrechocan su agua imponente,
454 desde grandes manantiales, de dentro de un hueco barranco,
455 y lejos de ellos escucha el ruido en los montes el pastor,
456 así de aquellos mezclándose surgían los alaridos y el espanto.
457 Antíloco el primero sometió a un varón troyano portador de casco,
458 al noble Equépolo Talisíada, entre los combatientes delanteros;
459 a este lo hirió primero en la cimera del casco de crin de caballo
460 y se clavó en la frente, y cruzó, claro, hacia dentro del hueso
461 la broncínea punta, y la oscuridad cubrió sus ojos,
462 y se desplomó como una torre en la fuerte batalla.
463 A él, caído, lo tomó de los pies el poderoso Elefenor,
464 el Calcodontíada, jefe de los esforzados abantes,
465 y lo arrastró lejos de las saetas, decidido, para rápidamente
466 despojarlo de las armas; mas le resultó corto su impulso,
467 pues viéndolo llevarse el cadáver el esforzado Agenor,
468 sus costillas, que al inclinarse estaban expuestas junto al escudo,
469 golpeó con el asta de bronce, y aflojó sus miembros.
470 Así a él lo abandonó el ánimo, y sobre él se produjo un trabajo
471 duro de troyanos y de aqueos; y ellos como lobos
472 se arrojaron unos sobre otros, y varón a varón exterminaba.
473 Entonces al hijo de Antemón hirió Áyax Telamonio,
474 al lozano mancebo Simoesio, al que alguna vez su madre
475 bajando del Ida junto a las riberas del Simoente
476 engendró, después de que siguió a sus padres para vigilar el rebaño;
477 por esto lo llamaban Simoesio; mas a sus padres
478 queridos no retribuyó la crianza, y de corto tiempo su vida
479 resultó, doblegado por la lanza del esforzado Áyax,
480 pues, cuando iba primero, lo hirió en el pecho junto a la tetilla
481 derecha; y completa a través del hombro la broncínea pica
482 pasó; y él cayó al suelo en el polvo como un álamo
483 de los que a la vera de un gran pantanal brotan,
484 liso, mas le brotan ramas en lo más alto;
485 a este un varón fabricante de carros con fulgurante hierro
486 lo corta, para curvarlo en llanta para un bellísimo carro;
487 este, secándose, yace junto a las riberas del río.
488 De tal modo al Antemida Simoesio abatió
489 Áyax del linaje de Zeus; y a él Ántifo de coraza centelleante,
490 el Priamida, entre la turba le disparó la aguda lanza.
491 A este le erró, mas él a Leuco, noble compañero de Odiseo,
492 lo hirió en la ingle, cuando hacia el otro lado arrastraba un cadáver;
493 se desplomó alrededor de este, y el cadáver se le cayó de la mano.
494 Odiseo se irritó mucho en su ánimo por la muerte de este,
495 y marchó entre las primeras filas recubierto con refulgente bronce,
496 y se paró yendo muy cerca, y disparó la lanza reluciente
497 tras escrutar a su alrededor; y los troyanos se replegaron
498 ante el varón que disparaba; y él no lanzó un tiro infructuoso,
499 sino que a un hijo bastardo de Príamo hirió, a Democoonte,
500 que le llegó desde Ábido, de junto a las veloces yeguas.
501 A aquel Odiseo, irritado por su compañero, hirió con la lanza
502 en el temporal, y esta cruzó a través de la otra sien,
503 la broncínea punta, y la oscuridad cubrió sus ojos,
504 y retumbó al caer, y sobre él resonaron las armas.
505 Y retrocedieron las primeras filas y el ilustre Héctor;
506 y los argivos gritaron fuerte y se llevaron los cadáveres,
507 y fueron derecho muy hacia delante; y se indignó Apolo,
508 contemplándolos desde Pérgamo, y exhortó bramando a los troyanos:
509 “Arriba, troyanos domadores de caballos, no cedan la bélica lujuria
510 a los argivos, ya que no es piedra su piel ni hierro
511 como para el bronce que corta la piel soportar al ser alcanzados.
512 ¡No, ni Aquiles, hijo de Tetis de bellos cabellos,
513 pelea, sino que en las naves mastica cólera, dolor para el ánimo.”
514 Así habló desde la ciudad el tremendo dios; por su parte, a los aqueos
515 los impulsaba la hija de Zeus, la gloriosísima Tritogenia,
516 yendo hacia la turba, donde los veía abandonando.
517 Entonces la moira amarró a Diores Amarincida,
518 pues con una roca dentada fue herido junto al tobillo,
519 en la canilla derecha; lo hirió el caudillo de los varones tracios,
520 Piro Imbrácida, ese que había llegado desde Eno.
521 Ambos tendones y los huesos la descarada piedra
522 trituró de raíz; y él de espaldas en el polvo
523 cayó, estirando ambas manos hacia sus queridos compañeros,
524 exhalando el ánimo; y él se acercó corriendo, el que lo había herido,
525 Piro, y junto al ombligo lo golpeó con la lanza, y, claro, todas
526 las tripas se derramaron al suelo, y la oscuridad cubrió sus ojos.
527 A él, cuando arremetía, el etolio Toante lo hirió con la lanza
528 en el pecho sobre la tetilla, y el bronce se clavó en un pulmón;
529 fue junto a él Toante, y la pica imponente
530 le arrancó del pecho; sacó la aguda espada,
531 y lo golpeó él en el medio del estómago, y le quitó la vida.
532 Mas no le removió las armas, pues se pararon alrededor sus compañeros,
533 los tracios de pelo en la coronilla, teniendo las largas picas en las manos.
534 Ellos a él, aunque era grande y fuerte y admirable,
535 lo echaron lejos de sí; y él fue sacudido al retirarse.
536 Así ellos dos en el polvo uno junto al otro quedaron tendidos,
537 uno, por cierto, de los tracios, y otro de los epeos vestidos de bronce
538 líderes; y muchos otros alrededor se mataban.
539 Entonces un varón metiéndose en la acción ya no la criticaría,
540 alguno que todavía no alcanzado ni herido por el agudo bronce
541 circulara por el medio, y lo condujera Palas Atenea
542 teniéndolo de la mano, mientras lo resguardara del impulso de las saetas,
543 pues muchos de los troyanos y de los aqueos en aquel día
544 de bruces en el polvo uno junto al otro quedaron tendidos.
v1, Zeus

VER ad 1.5. **[[INTR]]

MITO NOTE
v2, la venerable Hebe

Hebe es la encarnación de la juventud (la palabra de hecho quiere decir “juventud” en griego), y en la tradición mitológica es también la esposa de Heracles tras la apoteosis del héroe (cf. Od. 11.602-604). En Homero aparece solo dos veces más (sin contar el pasaje de Odisea), ambas en el canto 5 (5.722 y 905), y ambas actuando como servidora de otros dioses.

INTR MITO NOTE
v3, néctar

VER ad 1.598.

INTR CONC NOTE
v5, Hera

VER ad 1.55.

INTR MITO NOTE
v7, Menelao

VER ad 1.16.

INTR MITO NOTE
v8, Hera argiva

Los epítetos de este verso, que se hallan solo aquí y en su repetición en 5.908, apuntan a cultos locales de las diosas, y quizás tenga razón West, Making, en que la línea proviene de la épica tebana, donde “argiva” y “alalcomeneida” resultan más adecuados (VER la nota siguiente). Hera es “argiva” porque el Hereo de Argos era el centro de culto de la diosa más importante del mundo griego; el templo existía ya en el periodo geométrico, pero alcanzará su pico de popularidad durante el siglo V a.C. Leer más: Wikipedia s.v. Hereo de Argos.

INTR FORM MITO NOTE
v8, la alalcomeneida Atenea

Sobre Atenea, VER ad 1.194. Pausanias (9.33.5) menciona un culto de Atenea en la localidad de Alalcómenas en Beocia, al sur del lago Copais. Debe tratarse, como sugiere Leaf (con referencias adicionales), de un culto local antiguo que fue absorbido por una divinidad Olímpica.

INTR HIST MITO NOTE
v10, Afrodita

VER ad 2.820.

INTR MITO NOTE
v12, ahora lo rescató

Cf. 3.373-382.

INTR NARR NOTE
v31, Condenada

VER ad 1.561.

INTR TRAD CONC MITO NOTE
v49, ni libación ni el aroma de grasa

VER ad 1.66, VER ad 1.462.

INTR CONC MITO NOTE
v51, por mucho las más queridas para mí

Las tres ciudades que se mencionan en el verso siguiente están ubicadas en el Peloponeso, donde el culto de Hera estaba profundamente arraigado (cf. Kirk, ad 51-3), aunque no hay evidencia contundente de una asociación especial de la diosa ni con Micenas ni con Esparta (cf. Bas., ad 51-53).

INTR HIST MITO NOTE
v52, Argos

VER ad 2.559 y, para la asociación de Hera con la ciudad, VER ad 4.8.

INTR HIST MITO NOTE
v52, Esparta

VER ad 2.582.

INTR HIST NOTE
v52, Micenas de anchas calles

VER ad 2.569. No debe ser casualidad que dos de las tres ciudades que Hera menciona son gobernadas por los Atridas.

INTR NARR HIST NOTE
v59, Crono

Hijo de Urano y Gea, los dioses primigenios, y el más joven de los titanes, la segunda generación de dioses, Crono es famoso por haber devorado a sus hijos para evitar la profecía de que uno de ellos lo derrocaría, como él había derrocado a su padre. Su esposa-hermana Rea lo engaña para que consuma una roca en lugar de a Zeus, que encabezará un levantamiento contra él, lo castrará y lo derrocará del trono. Leer más: Wikipedia s.v. Crono.

INTR MITO NOTE
v74, Olimpo

VER ad 1.18.

INTR MITO NOTE
v75, el hijo de Crono de retorcido ingenio

VER ad 2.205.

INTR FORM NOTE
v87, Laódoco Antenórida

Laódoco no vuelve a aparecer en el poema (el aqueo de 17.698-699 es, por supuesto, otra persona), aunque su padre Antenor es un personaje conocido (VER ad 2.822). En un vaso hoy solo conservado en un dibujo del siglo XIX (cf. Wachter, 2001: 312-313), en una representación del combate por el cadáver de Aquiles, un guerrero identificado como Leódoco (probablemente una variación dialectal) es asesinado por Áyax. Es posible que se trate de una representación de una escena de la Etiópida, pero el tema es tradicional, y quizás el Antenórida también. Leer más: Wachter, R. (2001) Non-Attic Vase Inscriptions, Oxford: Oxford University Press.

INTR MITO NOTE
v88, Pándaro

VER ad 2.827.

INTR MITO NOTE
v89, Licaón

VER ad 2.826.

INTR MITO NOTE
v91, las corrientes del Esepo

VER ad 2.825.

INTR HIST NOTE
v95, gloria

VER ad 1.279. Se trata de una de las instancias en donde el término alude a la victoria.

INTR CONC TRAD NOTE
v102, renombrada hecatombe

Sobre las hecatombes, VER ad 1.65.

INTR CONC HIST NOTE
v103, la sagrada ciudad de Zelea

VER ad 2.824.

INTR HIST NOTE
v109, dieciséis palmos desde la cabeza

Alrededor de 128 cm., adoptando una medida del dedo en 2 cm. (1 palmo = 4 dedos; cf. Morrison, 1991: 299-301), un largo muy realista para la combinación de dos cuernos de cabra salvaje (cf. e.g. el largo de los cuernos del íbice, de alrededor de 1 m.), pero muy improbable si se refiere a cada cuerno (los cuernos más largos de un rumiante parecen ser los de hasta 130 cm. de la oveja salvaje americana; cf. Geist, 1966). Leer más: Geist, V. (1966) “The Evolutionary Significance of Mountain Sheep Horns”, Evolution, 20, 558-566; Morrison, H. (1991) “Ancient Greek measures of length in nautical contexts”, Antiquity 65, 298-305.

INTR HIST NOTE
v111, le puso en las puntas un dorado gancho

Se trata del gancho en donde se engancha la cuerda para disparar el arco, dado que, habida cuenta de la fragilidad del material de las cuerdas (VER ad 16.773), este tenía que encordarse siempre antes de usarlo. Esto explica el singular en griego, pero tiene razón Kirk en que, aun así, es razonable pensar que hubiera un enganche de cada lado del arco (aunque es posible que el que se utilizaba para fijar primero la cuerda fuera de diferente tipo, para facilitar el proceso). La mención del oro es, por supuesto, un detalle poético para enaltecer el arma (así, Kirk y Bas., ad 110-111).

INTR HIST NOTE
v112, sobre la tierra tensándolo

Como observan Leaf (ad 113) y Russo, Fernández-Galiano y Heubeck (138), la técnica habitual para encordar un arco que puede extraerse de las imágenes antiguas era pasar el arma por debajo de una pierna con una punta apoyada sobre la otra y doblarla hasta poder enganchar la cuerda (cf. también Lorimer, 1950: 291-292); aquí (como en Od. 21) el poeta parece pensar en un método diferente, en el que el guerrero está parado con una punta (presumiblemente ya encordada) trabada en el suelo (una técnica adecuada para un arco largo, como el arco largo medieval, pero no registrada en la iconografía griega). Leer más: Lorimer, H. L. (1950) Homer and the Monuments, London: Macmillan.

INTR HIST NOTE
v113, combándolo

Porque el arco compuesto solo adquiere su forma cuando es encordado.

INTR HIST NOTE
v116, él extrajo la tapa del carcaj

Este es, como observa Bas. (ad 116-117), el único dato que se ofrece en los poemas respecto a los carcajes, que debían estar hechos de cuero o madera.

INTR NARR HIST NOTE
v123, llevó la cuerda a su tetilla

Se trata del “estilo griego” de tiro con arco, en el que la cuerda y la flecha se pellizcan entre el pulgar y el índice y el arrastre llega solo hasta el esternón. Es un estilo que permite un disparo limpio y preciso, pero requiere un arco flexible, dada la fuerza limitada de los dedos. Para los arqueros homéricos, que son tropas que actúan casi como francotiradores con blancos específicos, no tropas auxiliares de proyectiles, es una técnica muy adecuada. Sobre las formas de disparo de arco griegas, cf. Bakas (2014). Leer más: Bakas, S. (2014), “The Shooting Methods of the Archers of the Ancient Greek World”, ponencia, 8th World Traditional Archery Festival, Danyang.

INTR HIST NOTE
v132, los broches del cinturón

El “cinturón” (zostér) es una pieza de armadura mencionada pocas veces, lo que destaca su triple aparición en estos versos. Debe tratarse de una pieza de metal (cf. “labrado” en 136) que protege la cintura o el abdomen (cf. van Wees, 1994: 2.135-136). Leer más: van Wees, H. (1994) “The Homeric Way of War: The Iliad and the Hoplite Phalanx”, G&R 41, 1.1-18 y 2.131-155.

INTR CONC NARR HIST NOTE
v133, y le salió al encuentro una coraza doble

A qué se refiere exactamente esta “coraza doble” no es del todo claro, porque la descripción que sigue parece implicar una coraza triple, y porque podría ser que el cinturón, el cinto o la propia coraza tuvieran más de una capa de protección. Dado el contexto y el hecho de que la flecha atraviesa dos capas más, quizás lo más simple sea entender aquí que el cinturón, en la parte que se abrocha, tenía una doble capa de bronce (como, en efecto, sucede en los lugares donde se ajusta la armadura de placas; VER ad 15.530, con referencias).

INTR NARR HIST NOTE
v135, labrado cinturón

VER ad 4.132.

INTR CONC NARR HIST NOTE
v137, y del cinto

VER ad 16.419 y cf. referencias adicionales en Bas. La triple capa de protección (cinto con piezas de bronce sobre la túnica, la armadura de placas de bronce encima y el cinturón de bronce arriba de todo) puede parecer excesiva, pero el uso de múltiples niveles de armadura tiene paralelos en el medioevo (cf. e.g. Edge y Paddock, 55-57) y resulta natural en una de las áreas más sensibles y menos flexibles del cuerpo como el abdomen. Leer más: Edge, D., y Paddock, J. M. (1988) Arms & Armor of the Medieval Knight, New York: Crescent Books.

INTR HIST NOTE
v141, con púrpura

VER ad 3.126.

INTR HIST NOTE
v142, meonia o caria

VER ad 2.864 y VER ad 2.867. Kirk (ad 141-2) observa que no tenemos evidencia específica de una asociación de estas regiones con el trabajo de la púrpura, pero que su presencia aquí podría ser producto de su carácter limítrofe con una región de Asia Menor (desde Esmirna hasta Mileto) que podría haber sido familiar para el poeta.

INTR HIST NOTE
v151, el cordel

Evidentemente, algún tipo de cuerda que aseguraba la punta de la flecha al asta, o reforzaba el agarre.

INTR NARR NOTE
v151, las barbas

I.e., las puntas de la parte de atrás de la flecha, diseñadas para desgarrar la carne si esta intenta removerse. Para la evidencia arqueológica sobre las puntas de flecha del periodo, cf. Bas., con referencias.

INTR HIST NOTE
v151, estaban fuera

Esto es, como se señala en 139, solo la punta de la flecha había penetrado la piel, lo que significa que la herida es superficial y fácil de tratar (si la punta completa penetra, la posibilidad de muerte aumenta de forma considerable).

INTR NARR NOTE
v152, se le reunió de vuelta el ánimo en el pecho

El thymós (VER ad 1.24) no es un concepto abstracto, sino algo que puede moverse por el cuerpo (VER ad 15.280, por ejemplo). Aquí, la idea de que el ánimo se recupera sugiere que, como cuando se pierde la consciencia, el shock de dolor por la herida lo distribuye (cf. Clarke, 139-140).

INTR CONC NOTE
v157, pisotearon las ofrendas juramentales

Las realizadas en 3.267-302.

INTR NARR NOTE
v158, la sangre de los corderos

Cf. 3.103-105. Nótese la fusión simbólica entre el objeto por el que se jura y el juramento mismo (VER ad 1.233).

INTR CONC NARR NOTE
v159, las libaciones sin mezclar y las diestras

VER ad 2.341.

INTR CONC MITO HIST NOTE
v167, la tenebrosa égida

VER ad 1.202.

INTR NARR FORM MITO NOTE
v171, la muy sedienta Argos

VER ad 1.30. Es posible que aquí deba entenderse con el sentido de “Peloponeso”.

INTR FORM HIST MITO NOTE
v174, y tus huesos pudrirá el campo

En los poemas homéricos, los héroes son incinerados (VER ad 1.52); es posible que Agamenón esté pensando aquí en un entierro apresurado provocado por la huida, o quizás sea solo un giro expresivo para enfatizar lo patético de las circunstancias (cf. Kirk).

INTR CONC NARR NOTE
v186, el muy centelleante cinturón

VER ad 4.132.

INTR CONC NARR HIST NOTE
v187, el faldón y el cinto

Sobre el cinto, VER ad 4.137. El misterioso “faldón” (zôma) puede tratarse de una pieza de cuero o tela que se usa alrededor de la cintura (cf. Bas., ad 186-187, con discusión y bibliografía); en dos lugares paralelos (23.683 y Od. 14.482) parece ser más un componente del vestido que de la armadura.

INTR NARR FORM HIST NOTE
v191, pócimas

Los phármakoi son las “drogas” o “pócimas” en el sentido amplio de la palabra, que abarca desde pociones mágicas hasta remedios. En ocasiones puede tener el valor de “veneno”, pero es más frecuente en sentido positivo.

INTR CONC NOTE
v192, al divino heraldo

VER ad 1.321.

INTR CONC MITO NOTE
v192, Taltibio

VER ad 1.320.

INTR FORM HIST NOTE
v193, Macaón

VER ad 2.732.

INTR MITO NOTE
v194, Asclepio

VER ad 2.731.

INTR MITO NOTE
v197, los licios

VER ad 2.877. Aquí debe ser un término genérico para hablar de los aliados de los troyanos en general con la mención del grupo más importante entre ellos, como sucede en la fórmula habitual “Troyanos y licios y dárdanos que combaten de cerca”.

INTR FORM HIST NOTE
v197, fama

VER ad 2.325.

INTR CONC NOTE
v202, Trica criadora de caballos

VER ad 2.729.

INTR HIST NOTE
v219, alguna vez a su padre le dio Quirón

El más justo de los centauros (VER ad 1.268), que en Ilíada aparece como maestro de Aquiles y en la tradición mitológica (en particular, hesiódica), también lo es de otros héroes. Si bien no hay unanimidad respecto a qué versión es más primitiva, la de Fénix como maestro de Aquiles (cf. 9.438-443) o la de Quirón, dada la tendencia de Homero a reducir la incidencia de lo fantástico y sobrenatural en su narrativa, sobre todo en Ilíada lo segundo parece más probable (cf. Gregory, EH sub Cheiron). Quirón es mencionado también en 11.830-832 como maestro de medicina, un rol en el que aquí aparece en un lugar muy prominente, dada la importancia de Asclepio en la tradición médica griega.

INTR MITO NOTE
v222, y ellos de nuevo se pusieron las armas

Los aqueos, desde luego, que se habían removido las armas para contemplar el duelo entre Paris y Menelao (cf. 3.114-115).

INTR NARR NOTE
v226, los caballos y el carro adornado con bronce

En el combate homérico, los aurigas debían llevar a sus jefes (que luchaban a pie, no sobre el carro) a la batalla y luego quedarse en las inmediaciones hasta que eran llamados de nuevo, para transportar a los guerreros a otros lugares del campo, perseguir enemigos o volver al campamento, en particular cuando los héroes son heridos, vencidos o incluso solo enfrentados por oponentes superiores.

INTR NARR NOTE
v228, Eurimedonte

Este auriga de Agamenón solo es mencionado aquí, pero Néstor tiene uno del mismo nombre (cf. 8.114, 11.620). De todas formas, como observa Kirk, “es probablemente la relativa indiferencia de los poetas más que la posible conexión gremial la responsable por la duplicación.”

INTR MITO NOTE
v228, Ptolomeo Piraída

Dos personajes desconocidos, con nombres bien registrados en la historia griega.

INTR MITO NOTE
v234, Argivos

VER ad 1.79.

INTR FORM NOTE
v234, de ningún modo abandonen el impetuoso brío

El “brío” es la alké, el espíritu guerrero, en particular asociado a la capacidad de resistir el ataque del enemigo y no huir (cf. Bas. XIX, ad 19.36). Es habitual que los guerreros se exhorten a “recordarlo” o se afirme, para señalar que resisten, que no lo olvidan. La fórmula de este verso, “el impetuoso brío” (thoúridos alkês), de hecho aparece muy a menudo en el poema con un verbo del campo semántico de la rememoración (cf. Collins, 1998, esp. 78-125). Leer más: Collins, D. (1998) Immortal Armor. The Concept of Alkē in Archaic Greek Poetry, Lanham: Rowman & Littlefield Publishers.

INTR CONC FORM NOTE
v242, no les da vergüenza

Lit. “¿no sienten sébas?”, un concepto estrechamente vinculado con el de aidós (VER ad 1.23), casi sinónimo de este (de donde que utilicemos la misma traducción para el concepto), con la única salvedad de que sébas puede extenderse también al sentido de “veneración” ante alguna manifestación divina (cf. Yamagata, 1994: 174-176). Leer más: Yamagata, N. (1994) Homeric Morality, Leiden: Brill.

INTR CONC NOTE
v252, Idomeneo

VER ad 1.145.

INTR MITO NOTE
v254, Meriones

VER 2.651.

INTR MITO NOTE
v254, alentaba por él a las últimas falanges

VER ad 2.558. Las “últimas falanges” son, como puede imaginarse, los grupos de combatientes más retrasados.

INTR CONC HIST NOTE
v260, mezclamos en crateras

VER ad 1.470.

INTR HIST NOTE
v261, aqueos de largos cabellos

VER ad 2.11.

INTR CONC HIST NOTE
v273, llegó junto a los Ayantes

Como suele suceder (VER ad 2.406), “Ayantes” aquí puede indicar los dos guerreros de nombre Áyax (VER ad 1.138, VER ad 2.527), o bien el par Áyax Telamonio y Teucro (VER ad 6.31).

INTR NARR NOTE
v276, por el rugido del Céfiro

VER ad 2.147. Para ver una nube sobre el mar siendo impulsada a tierra por el viento oeste en Grecia, debemos pensar que el poeta está pensando en el mar Jonio, parado sobre la costa oeste del Peloponeso o el continente, o bien que está adoptando la perspectiva de Asia Menor, lo que parece más adecuado.

INTR HIST MITO NOTE
v293, Néstor, claro orador de los pilios

VER ad 1.247.

INTR HIST MITO NOTE
v295, del gran Pelagonte

Los cinco nombres de los comandantes pilios son habituales nombres de stock para los extras, lo que sugiere enfáticamente que no se trata de personajes tradicionales sino de invenciones ad hoc para esta escena (cf. Kirk, ad 295-6). Un Pelagonte lidio aparece en 5.694-695 asistiendo a Sarpedón con una herida.

INTR MITO NOTE
v295, Alástor

Otro nombre de stock (VER la nota anterior). Un Alástor licio muere a manos de Odiseo en 5.677, y un Alástor compañero de Áyax aparece asistiendo a Teucro en 8.333, en una secuencia que se repite en el canto 13 (13.420-423 = 8.331-334), donde quizás encontramos al mismo Alástor que en este pasaje, dado que aparece luchando junto a Antíloco. Se menciona también un Alástor padre de Tros en 20.463. West, Making (ad 295-6) observa que en Hes., fr. 33a.9 M-W, Alástor es uno de los hermanos de Néstor muertos por Heracles.

INTR MITO NOTE
v295, Cromio

El caso más extremo de nombre de stock de la lista: un Cromio Priamida muere a manos de Diomedes en 5.159-165; un Cromio licio muere (junto a un Alástor) a manos de Odiseo en 5.677; un Cromio troyano muere por las flechas de Teucro en 8.275; otro Cromio aparece en 17.218, en la lista de guerreros troyanos a los que les habla Héctor para que combatan en torno al cadáver de Patroclo, y este mismo debe ser el que aparece en una escena de combate en 17.494-534. Cromio también (VER la nota anterior) es un hermano de Néstor en Hes., fr. 33a.11 M-W.

INTR MITO NOTE
v296, Hemón poderoso

Este es el único Hemón que aparece en el poema, pero uno es mencionado como padre del tebano Meón en 394, y otro como padre del mirmidón Alcimedonte en 17.467.

INTR MITO NOTE
v296, Biante, pastor de tropas

Otro Biante, ateniense, aparece en 13.691, y un Biante padre de dos guerreros troyanos muertos por Aquiles es mencionado en 20.460 (a apenas unos versos de un Tros Alastórida; VER ad 4.295).

INTR MITO NOTE
v317, jinete gerenio

VER ad 2.336.

INTR TRAD FORM NOTE
v319, cuando maté al divino Ereutalión

La historia de Ereutalión y su muerte será relatada por el mismo Néstor en detalle en 7.132-156. Esta es la única referencia literaria que tenemos al episodio, pero el escoliasta bT conoce una versión detallada del enfrentamiento, aparentemente transmitida por el historiador Aríeto (FGH 316.7), en la que, después de triunfar en el combate, Néstor saltó de alegría fuera del terreno delimitado, por lo que los arcadios declararon que la victoria formal correspondía a Ereutalión y escribieron en su tumba “Aquí sus amigos hicieron una tumba para Ereutalión (…), los que alguna vez doblegaron a Néstor y a sus tropas en la guerra.”

INTR NARR FORM MITO NOTE
v327, al hijo de Peteo, Menesteo, fustigador de caballos

VER ad 2.552. En 2.553-555 se dice que solo Néstor disputaba con Menesteo en la capacidad para ordenar a los caballos y a los varones portadores de escudo. Sobre el problema de Menesteo aquí, VER ad 4.329.

INTR MITO NOTE
v329, el muy astuto Odiseo

VER ad 1.138.

INTR MITO NOTE
v330, de los cefalenios

VER ad 2.631.

INTR HIST NOTE
v338, rey nutrido por Zeus

VER ad 1.176.

INTR MITO NOTE
v354, Telémaco

VER ad 2.260.

INTR FORM MITO NOTE
v365, al hijo de Tideo, a Diomedes

VER ad 2.406.

INTR MITO NOTE
v367, Esténelo, hijo de Capaneo

VER ad 2.564. Aunque Esténelo es un líder del contingente argivo, en la batalla que sigue actúa como auriga de Diomedes (cf. 5.108-111, 241-273, etc.).

INTR MITO NOTE
v370, Ahhh…

VER ad 1.149.

INTR FORM CONC NOTE
v371, la franja de tierra de la guerra

Probablemente la “tierra de nadie” entre los ejércitos, pero CSIC interpreta “los pasillos que permiten cruzar las líneas de los combatientes.” Lo primero, de todos modos, resulta más adecuado al contexto.

INTR GRAM NOTE
v372, A Tideo

Tideo era hijo de Eneo, un rey etolio, y uno de los miembros de la expedición de los siete que combatió contra la ciudad de Tebas (cf. Wikipedia, s.v. Los siete contra Tebas). Más allá de su participación en esa guerra y las anécdotas que contará Agamenón aquí, es conocido ante todo por el oráculo que recibe Adrasto, rey de Argos, de que casaría a sus hijas con un león y un jabalí, siendo Polinices el primero y Tideo el segundo (por los animales que tenían grabados en sus escudos). Morirá en el combate en torno a Tebas, no sin antes cometer un acto de canibalismo contra su asesino, lo que hace que Atenea abandone su propósito de concederle la inmortalidad. Leer más: EH sub Tydeus; Wikipedia s.v. Tideo.

INTR MITO NOTE
v376, Micenas

VER ad 2.569.

INTR HIST NOTE
v377, como huésped

VER ad 3.207. La aclaración refuerza y especifica la expresión “sin guerra” del verso anterior, pero también implica un cierto deber de parte de Diomedes para con Agamenón, porque este recibió a su padre como huésped, y esa relación es hereditaria (como demuestra la famosa respuesta de Diomedes a Glauco en 6.215-231). Toda esta primera parte del relato está centrada en quien lo cuenta (como corresponde al egocentrismo de Agamenón).

INTR CONC NARR NOTE
v377, Polinices igual a los dioses

Polinices, hijo de Edipo, fue expulsado de Tebas cuando su hermano Eteocles no aceptó cumplir el acuerdo al que habían llegado tras la muerte de su padre de gobernar años alternos. Polinices se exilió en Argos, donde se casó con una de las hijas de Adrasto (VER ad 4.372), que fue uno de los impulsores de la expedición de los siete, cuyo objetivo central era recuperar el trono de Tebas para él (cf. Wikipedia, s.v. Los siete contra Tebas). Durante la lucha, Polinices se enfrentó con su hermano Eteocles en un combate individual que terminó con la muerte de ambos. Leer más: Wikipedia s.v. Polinices.

INTR MITO NOTE
v383, Asopo

El Asopo es un río en la región de Beocia, al sur de Tebas, quizás marcando el límite del territorio de la ciudad. Leer más: Wikipedia s.v. Asopo.

INTR HIST NOTE
v385, muchos cadmeos

Los tebanos son “cadmeos” porque descienden de Cadmo, el fundador legendario de la ciudad de Tebas.

INTR MITO NOTE
v386, la fuerza eteoclea

VER ad 2.658. Sobre Eteocles, VER ad 4.377, dado que su historia es también la de Polinices.

INTR FORM MITO NOTE
v392, una densa emboscada

Sobre la emboscada, VER ad 1.227.

INTR NARR FORM NOTE
v394, Meón Hemónida

Sobre el problema de las etimologías de estos nombres, cf. Kirk (ad 394-5). Meón debe ser un personaje tradicional, dado que, según Estacio (4.598), era un sacerdote de Apolo (lo que los comentaristas asocian con razón con la expresión de 398) y, según Pausanias (9.18.2), es también quien enterrará a Tideo en Tebas. Esta impresión se refuerza por el hecho de que su padre Hemón comparte el nombre con el famoso hijo de Creonte en Antígona de Sófocles y la Edipodia (fr. 3 W.), y porque no hay ningún otro Meón en el poema, lo que sugiere que no se trata de un nombre de stock. Sí hay otros Hemones (VER ad 4.296).

INTR MITO NOTE
v395, el hijo de Autófono, Licofontes, de furor guerrero

Dos desconocidos, pero un troyano de nombre Licofontes muere en 8.275 por un disparo de Teucro.

INTR FORM MITO NOTE
v399, Tideo el etolio

Porque había nacido en Etolia, o porque su padre Eneo era rey en esa región (VER ad 4.372).

INTR FORM MITO NOTE
v415, a él lo seguirá la gloria

Sobre la gloria, VER ad 1.279.

INTR CONC NARR FORM NOTE
v423, por el movimiento del Céfiro

VER ad 2.147. Los comentaristas debaten aquí si la mención del Céfiro implica alguna referencia geográfica exacta (como la costa de Asia Menor), pero la explicación más obvia (los griegos vienen desde la costa del lado oriental de Troya y avanzan, como el Céfiro, hacia el oeste) parece habérseles escapado.

INTR HIST MITO NOTE
v440, y el Terror y el Espanto y la Discordia

Como notan todos los comentaristas, estas personificaciones impulsan indistintamente a ambos bandos, a pesar de su asociación con Ares. Sobre la Discordia, VER ad 1.177. Según Hesíodo (Th. 934), Deîmos (Terror) y Phóbos (Espanto) son hijos de Ares y Afrodita. Se trata, por supuesto, de conceptos personificados que acompañan al dios de la brutalidad de la guerra (VER ad 2.110). Aparecen también juntos en 15.119 como servidores de Ares. La familia divina que se introduce aquí no solo representa un aspecto de la vida humana, sino que ilustra la relativamente escasa distancia entre los dioses olímpicos, con personalidades y trayectorias bien definidas más allá de sus ámbitos de influencia, y otras divinidades que no constituyen más que encarnaciones de elementos de la realidad: entre estos extremos hay muchas posibilidades intermedias (VER ad 1.477).

INTR MITO NOTE
v441, hermana y compañera

“Hermana” debe ser una mera metáfora, dada la genealogía del dios (hijo de Zeus y Hera). Tratándose de personificaciones, no es de sorprender que la “discordia” sea hermana de la “guerra”.

INTR FORM NOTE
v448, los escudos repujados

Los escudos redondos del periodo geométrico tenían una protuberancia central que cumplía una función decorativa y de refuerzo (cf. Bas. XIX, ad 19.360 y cf. Molloy, 2018). La palabra para describir este rasgo, omphalóeis, proviene de la palabra omphalós, que quiere decir “ombligo”; una traducción estrictamente literal de la frase aspídes omphalóessai sería “escudos con un ombligo”. Leer más: Molloy, B. (2018) “European Bronze Age Symbols in Prehistoric Greece? Reconsidering Bronze Shields and Spears from Delphi in Their Wider Context”, Hesperia 87, 279-309.

INTR HIST NOTE
v452, los ríos invernales

La temporada de precipitaciones más intensas en Grecia coincide con los meses de invierno (VER ad 16.385), por lo que en general este es el momento del año en el que los ríos corren con mayor caudal (cf. Skoulikidis, 2018: 111-112). Esto sugiere enfáticamente, pace Bas. (que lo utiliza para defender el origen minorasiático del poeta de Ilíada), que la referencia no es al Escamandro, que alcanza su mayor caudal con el deshielo en la primavera. Leer más: Skoulikidis, N. (2018) “The State and Origin of River Water Composition in Greece”, en Skoulikidis, N., Dimitriou, E., y Karaouzas, I. (eds.) The Rivers of Greece. Evolution, Current Status and Perspectives, Berlin: Springer.

INTR HIST NOTE
v457, Antíloco

Uno de los hijos de Néstor y el que mayor importancia tiene en Ilíada, entre otras cosas por su amistad con Aquiles, al que le comunicará la muerte de Patroclo en 18.2-21. Se destaca también porque es el primer guerrero en matar un troyano en el poema, en, desde luego, el presente pasaje. Después de los sucesos de Ilíada, morirá a manos del etíope Memnón para salvar a su padre, un evento que se convertirá en un tópico del amor fraterno en la literatura posterior y que desencadena el combate final entre Memnón y Aquiles. Leer más: EH sub Antilochos, Wikipedia s.v. Antilochus.

INTR MITO NOTE
v458, al noble Equépolo Talisíada

Aunque enaltecido por el detalle de su nobleza y el lugar donde combate, este Equépolo es nada más que un extra (o “moriturum”) introducido en el texto para ser asesinado por uno de los protagonistas, un recurso estándar en el poema y la tradición épica en general. Tanto él como su padre, por lo tanto, son desconocidos, y con relativa certeza inventos ad hoc para esta escena en particular.

INTR FORM MITO NOTE
v463, caído, lo tomó de los pies

En la épica homérica, arrastrar el cuerpo del enemigo derrotado es clave, puesto que permite arrebatarle las armas (VER ad 4.466) y eventualmente pedir rescate por él (un tema que, por supuesto, se desarrolla en el canto 24). Al mismo tiempo, proteger los cuerpos de los compañeros muertos es un deber fundamental de los guerreros, para poder ofrecer los funerales apropiados. Por eso, alrededor de los cuerpos de los héroes caídos se avivaba la batalla y, cuanto más importante el héroe, más importante el combate en torno a su cadáver. CSIC (ad 463ss.) observa interesantemente que el éxito en la recuperación de un cadáver en el poema depende de si es su asesino quien trata de capturarlo, en cuyo caso es posible; si quien lo hace es un tercero, como aquí, es muerto por algún enemigo en el intento.

INTR NARR FORM NOTE
v463, el poderoso Elefenor

VER ad 2.540.

INTR MITO NOTE
v464, el Calcodontíada, jefe de los esforzados abantes

464 = 2.541 (VER ad 2.541).

INTR MITO NOTE
v466, despojarlo de las armas

Quitarle las armas a los guerreros vencidos es una práctica habitual en la épica griega, no solo por su valor práctico, sino también porque la captura de las armas es la compleción simbólica de la victoria, en la medida en que estas son una manifestación material de esta (un géras - VER En detalle - Ética heroica). Incluso sin una captura exitosa del cadáver (como sucede en los casos de Sarpedón - cf. 16.666-683 - y Patroclo - cf. 18.231-234), haber tomado las armas puede considerarse suficiente para que el guerrero triunfador reclame la gloria de haber derrotado a su enemigo, que es, desde luego, lo más importante en el contexto de la ética heroica.

INTR CONC NOTE
v467, el esforzado Agenor

Uno de los líderes troyanos, hijo del anciano Antenor (VER ad 2.822). Es, como puede verse, el primero en matar un griego en el poema, y será importante en el final del canto 21, puesto que es el único troyano que se salva de la batalla junto al río gracias a la intervención de Apolo, que toma su figura para distraer a Aquiles. Morirá, sin embargo, a manos de Neoptólemo antes de que termine la guerra. Leer más: EH sub Agenor; Wikipedia s.v. Agénor (hijo de Antenor).

INTR MITO NOTE
v468, junto al escudo

Es probable que la idea sea que el escudo está colgado sobre la espalda, como una mochila. Los escudos homéricos podían utilizarse de este modo para protegerse durante huidas y tener mayor movilidad en general en el combate. La contracara de esto es que, al huir rápidamente, los guerreros pueden tropezar con el borde del escudo y quedar vulnerables (cf. 6.117-118 y 15.645-647).

INTR CONC NARR NOTE
v470, lo abandonó el ánimo

Como observa Bas. XVI (ad 16.410, con abundantes referencias), es típico de la épica homérica concebir la muerte como un proceso de separación entre dos elementos, el cuerpo por un lado (los “miembros”, las “rodillas”, etc.) y el “ánimo” (thymós; VER ad 1.24), la “vida” (psykhé; VER ad 1.3) o el “furor” (ménos; VER ad 1.103), por el otro.

INTR CONC NOTE
v473, Antemón

Un desconocido. Su nombre, como sugiere Kirk, quizás está vinculado con ánthos [flor] a través del epíteto anthemóeis [florido], utilizado para ríos, lo que anticiparía la historia que sigue sobre Simoesio.

INTR MITO NOTE
v473, Áyax Telamonio

VER ad 1.138.

INTR MITO NOTE
v474, Simoesio

Un personaje inventado ad hoc para esta escena con casi absoluta certeza; su nombre, como se indicará enseguida, deriva del de un río de Asia Menor, un procedimiento regular para nombrar a personajes del bando troyano (cf. Kirk; Bas. VI, ad 402-403).

INTR MITO NOTE
v475, bajando del Ida

VER ad 2.821. Esto hace de Simoesio un troyano o, más probablemente, un dárdano (VER ad 2.819).

INTR HIST NOTE
v475, junto a las riberas del Simoente

El actual Dümruk Su (o Dümrek), un tributario del Escamandro (VER ad 2.465). Debe notarse que el río actual no sigue el mismo recorrido que en la Antigüedad (cf. los mapas en Luce, 1998, y Kraft et al., 2003), lo que explica las objeciones de Leaf (ad 5.774) a su existencia. Leer más: Luce, J. V. (1998) Celebrating Homer’s landscapes, New Haven: Yale University Press; Kraft, J. C. et al. (2003) “Harbor areas at ancient Troy: Sedimentology and geomorphology complement Homer’s Iliad”, Geology 31, 163-166.

INTR HIST NOTE
v489, Ántifo de coraza centelleante

No debe confundirse con los Ántifos de 2.678 y 864, pero es probable que sea el mismo que muere en 11.101-112.

INTR MITO NOTE
v491, Leuco, noble compañero de Odiseo

Leuco es un extra que solo aparece aquí para morir; su identificación como compañero de Odiseo es un recurso típico para, quizás, darle mayor presencia (cf. West, Making, ad 491-2), así como para justificar la introducción del héroe en la secuencia.

INTR MITO NOTE
v492, hacia el otro lado arrastraba un cadáver

O bien “el cadáver” si se trata de Simoesio. Bas. observa, con razón, que, aunque la batalla ya ha estallado, los bandos siguen enfrentados frente a frente, lo que explica el “hacia el otro lado” (i.e. alejándose de los troyanos, desde el punto de vista de Ántifo). Este detalle requiere de aclaración para el receptor moderno, en quien las batallas en medios audiovisuales han creado la falsa concepción de que en los combates premodernos los soldados de ambos bandos terminaban mezclados en confusión; en realidad, en la mayor parte de los casos esto no sucedía nunca, entre otras cosas por la dificultad inmensa para distinguir compañeros de enemigos en medio del combate, sobre todo, como sucede en Ilíada, cuando no había ningún tipo de homogeneización del equipamiento al interior de cada bando.

INTR NARR HIST NOTE
v499, de Príamo

22 de los 50 (cf. 24.495-498) hijos de Príamo son mencionados en el poema, de los cuales 11 mueren, y (cf. la lista en Wikipedia, s.v. Príamo, pero contando como muertes los casos de Equemón y Cromio - cf. 5.159-160). De todos modos, la mayor parte de los hijos varones del rey morirá antes o durante la caída de Troya.

INTR MITO NOTE
v499, Democoonte

Otro extra introducido solo para ser asesinado. Que fuera bastardo es probablemente lo que explica por qué estaba viviendo en Abido (VER ad 4.500).

INTR MITO NOTE
v500, le llegó desde Ábido

VER ad 2.836. Kirk (ad 499-500) parece algo sorprendido de que Democoonte no fuera mencionado en la entrada del lugar en el canto 2, pero esto es completamente lógico, porque no es miembro de la realeza de la zona, sino solo un habitante. La cercanía (geográfica y diplomática) entre Troya y Abido no solo se manifiesta en esto, sino también en 17.582-584, donde se afirma que el más querido de los huéspedes de Héctor era también de allí.

INTR MITO HIST NOTE
v500, de junto a las veloces yeguas

VER ad 16.393. En la entrada donde se encuentra Abido en 2.835-839 el narrador también destaca los caballos de la zona, de modo que la asociación puede tener sustento en la tradición.

INTR CONC NARR NOTE
v505, Y retrocedieron

Es importante destacar en esta primera huida en el poema que escapar del enemigo no es en sí mismo una ignominia en la épica (cf. cf. Van Wees, sec. 2; Wißmann, 1997: 26-31): si hay una causa justificada para hacerlo (por ejemplo, evitar enfrentarse a alguien más poderoso), es la conducta adecuada que debe adoptar un guerrero. De hecho, el poeta jamás sanciona a un personaje por huir, y estos se acusan mutuamente solo en burlas y exhortaciones. Se trata de una perspectiva realista que ya la batalla de las Termópilas, pero sobre todo los medios audiovisuales contemporáneos, han opacado casi del todo. Leer más: Wißmann, J. (1997) Motivation und Schmähung. Feigheit in der Ilias und in der griechischen Tragödie, Stuttgart: M&P.

INTR CONC NARR FORM ESTR NOTE
v508, contemplándolos desde Pérgamo

Pérgamo es el nombre de la acrópolis de Troya (cf. 6.512, 24.700), en la que Apolo tiene un templo (5.446), que acaso sea desde donde contempla la batalla (esta fórmula - Pergámou ekkatidón - reaparece en 7.21). La palabra se vuelve en periodos posteriores sinónimo de “ciudadela”, acaso por su relación etimológica con la palabra pýrgos [torre].

INTR MITO NOTE
v515, Tritogenia

El sentido de este epíteto era desconocido y ya discutido en la Antigüedad (cf. escoliasta bT ad 8.39, y escolio D a este pasaje). Las dos etimologías más comunes (cf. Chant., Dict., s.v., con bibliografía) son la que lo vincula con un cuerpo de agua (el lago Tritonis en Libia, un río de nombre Tritón en Beocia o Tesalia) y la que lo interpreta con tríto con valor intensificativo, alargamiento métrico y el sentido “la verdadera hija” de su padre (cf. Càssola, 1997: 583). La mayor parte de los intérpretes contemporáneos se inclina por la segunda opción. Leer más: Càssola. F. (1997) Inni Omerici. Milano: Fondazione Lorenzo Valla.

INTR FORM NOTE
v517, Diores Amarincida

VER ad 2.622.

INTR MITO NOTE
v519, los varones tracios

VER ad 2.844.

INTR HIST NOTE
v520, Piro Imbrácida

VER ad 2.844. Sobre el padre de este personaje no tenemos información alguna.

INTR MITO NOTE
v520, Eno

Eno solo es mencionada aquí. Como observa Kirk (ad 519-520), su ubicación no está en sentido estricto donde se ubica el reino de los tracios en 2.845 (la costa occidental del Helesponto), aunque sí dentro de lo que más tarde sería llamado Tracia.

INTR HIST NOTE
v524, exhalando el ánimo

VER ad 4.470.

INTR CONC NOTE
v527, el etolio Toante

VER ad 2.638.

INTR MITO NOTE
v533, los tracios de pelo en la coronilla

Una aclaración similar que para los abantes en 2.542 (¿quizás un pueblo de origen tracio? VER ad 2.536), que solo se vuelve a encontrar sobre los tracios en el fr. 115.6 W. de Hiponacte.

INTR CONC NOTE